El Fair Play Financiero es una normativa regulatoria instaurada por la UEFA (y adoptada en distintas formas por otras organizaciones deportivas) que busca promover la sostenibilidad económica en los clubes de fútbol. Su objetivo principal es garantizar que los clubes no gasten más de lo que ingresan, reduciendo el endeudamiento excesivo y fomentando una competencia más equitativa.
Este concepto se traduce en una serie de reglas financieras que los clubes deben cumplir para participar en competiciones europeas. La más importante es la obligación de equilibrio: los gastos en fichajes, salarios y operaciones no deben superar los ingresos derivados de derechos de televisión, ventas de entradas, patrocinio, merchandising y otros ingresos comerciales. Si un club incumple, puede enfrentarse a sanciones como multas, limitaciones en el mercado de fichajes o incluso la exclusión de competiciones.
Por ejemplo, si un club gasta 250 millones de euros en fichajes, pero solo genera ingresos por valor de 200 millones, estaría en desequilibrio financiero y, por tanto, podría estar incumpliendo el Fair Play Financiero.
Además, esta normativa ha evolucionado con el tiempo para adaptarse a nuevas realidades, como los patrocinios inflados o los ingresos atípicos que intentan esquivar los controles financieros. Desde 2022, la UEFA implementó una versión más flexible pero igualmente exigente llamada «Regulación de Sostenibilidad Financiera», que mantiene el espíritu del Fair Play original.
Esta regulación no solo busca proteger la viabilidad económica de los clubes, sino también mejorar la transparencia financiera en el fútbol y crear un entorno más justo para todos los participantes.
