Tabla de Contenidos
ToggleEl CAGR (Compound Annual Growth Rate o Tasa de Crecimiento Anual Compuesta) es una métrica ampliamente utilizada en finanzas, inversiones y negocios para medir el crecimiento de una inversión, un negocio o cualquier otra variable financiera a lo largo del tiempo, considerando el efecto del interés compuesto.
A diferencia de la variación simple, el CAGR ofrece una perspectiva más precisa del crecimiento promedio anual cuando los resultados varían de un periodo a otro.
¿Qué es el CAGR?
El CAGR es una tasa hipotética que indica el crecimiento promedio anual de una inversión de un período de tiempo superior a un año, asumiendo que las ganancias se reinvierten y crecen a una tasa constante durante todo el periodo evaluado.
A pesar de esta suposición de crecimiento uniforme, la tasa de crecimiento anual compuesta es útil porque suaviza las fluctuaciones y permite comparar inversiones o proyectos con distintos grados de volatilidad.
Por ejemplo, si invertimos 10.000€ y después de tres años el valor de nuestra inversión alcanza 15.000€, el CAGR te dirá cuál habría sido la tasa de crecimiento anual compuesta que te llevó a ese resultado. Y no, no es del 50% en este caso como te estarás imaginando. ¡Sigue leyendo!
¿Cómo se calcula el CAGR?
La fórmula para calcular el CAGR es la siguiente:
Donde:
- Vf = Valor final de la inversión.
- Vi = Valor inicial de la inversión.
- n = Número de años (o periodos) transcurridos.
Ejemplo práctico
Siguiendo con el ejercicio anterior, supongamos que hemos invertido 10.000€ y al cabo de tres años, nuestra inversión crecio hasta 15.000€.
Sustituyendo en la fórmula:
Esto significa que, en promedio, tu inversión creció un 14.47% anual, suponiendo un crecimiento constante.
Nuestra Calculadora del CAGR
Calculadora CAGR
¿Cuándo se utiliza el Compound Annual Growth Rate?
El CAGR es especialmente útil en las siguientes situaciones:
- Evaluar el rendimiento de inversiones a largo plazo: Es ideal para calcular el crecimiento de un portafolio de acciones, fondos de inversión o cualquier activo que varíe en valor durante varios años.
- Comparar opciones de inversión: Puedes usarlo para evaluar el desempeño relativo entre activos con diferentes niveles de volatilidad, ya que elimina las fluctuaciones intermedias.
- Medir el crecimiento de negocios: Las empresas lo usan para analizar el crecimiento de ingresos, utilidades o clientes a lo largo del tiempo.
- Proyecciones financieras: Es útil para prever tendencias futuras en base a datos históricos, aunque con la advertencia de que no garantiza rendimientos futuros.
Diferencias entre CAGR y Variación Simple
Aunque ambos indicadores pueden dar una idea del crecimiento, hay diferencias clave entre ellos:
- Naturaleza del cálculo: La variación simple mide el cambio absoluto o relativo entre dos puntos en el tiempo, sin considerar los periodos intermedios. Por ejemplo, si los ingresos de una empresa aumentaron de 10.000€ a 15.000€ en tres años, la variación simple sería del 50%.
- Consideración del tiempo: El CAGR incorpora el efecto del tiempo en el crecimiento, mientras que la variación simple no lo hace. Esto hace que la tasa de crecimiento anual compuesta sea más útil cuando se evalúan periodos prolongados.
- Efecto del interés compuesto: El CAGR incluye el crecimiento compuesto, mientras que la variación simple es lineal. Por ello, el CAGR es más preciso para medir el crecimiento real en escenarios con reinversión.
¿Cómo se interpreta el CAGR?
La tasa de crecimiento anual compuesta debe interpretarse como una tasa promedio anual, útil para comparar alternativas de inversión o medir el desempeño en un periodo. Sin embargo, se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- No refleja la volatilidad: Aunque el CAGR indica una tasa constante, no muestra las fluctuaciones o riesgos a lo largo del tiempo.
- No garantiza resultados futuros: El pasado no siempre predice el futuro. Utiliza el CAGR como una referencia y considera otros factores como el riesgo y la liquidez.
- Complemento de otras métricas: Usa el CAGR junto con métricas como la desviación estándar o el índice de Sharpe para entender mejor el desempeño ajustado al riesgo.